Por haber demostrado que nada es imposible, que los sueños no son inalcanzables por mucho que lo parezcan, por haber estado ahí hasta al último momento, y por haber dedicado tu vida a enseñarme...
Que nunca hay que rendirse, los baches del camino son pruebas, levantarnos nos hace más fuertes; huir de ellos es sólo un síntoma de cobardía. Desde pequeños todos queremos ser valientes, demostrar lo que valemos, y lo mucho que podemos hacer. Al final, los valientes son los que son de verdad, los amigos que te critican a la cara y te defienden a la espalda, los que saben llorar sin las manos delante, los que no se averguenzan de querer sentirse querido, o de necesitar ayuda de alguien. Aquellos que no importa el cuándo o el cómo, pero si necesitas su ayuda, estan como sea...
YPG*